En esta breve entrada titulada «La Agenda 2030 y el mar: un reto de gran magnitud», proponemos una aproximación a la ampliamente controvertida Agenda 2030. Nos enfocamos especialmente en su Objetivo de Desarrollo Sostenible 14: «Conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible».
La Agenda 2030 responde a una necesidad de alcance global. Ignorar esta realidad es extremadamente preocupante, es una irresponsabilidad. El informe sobre el estado de los Objetivos de Desarrollo Sostenible del año 2023 así lo demuestra.
Qué es La Agenda 2030
La Agenda 2030 es el mayor plan de acción global en favor de las personas, el planeta y la prosperidad.
Es una Resolución de la ONU (“Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”) aprobada por su Asamblea General el 25 de septiembre de 2015 con el voto de 193 países firmantes.
Surgió como respuesta a la necesidad de abordar los desafíos mundiales más apremiantes, como son la pobreza, la desigualdad, el cambio climático, la degradación ambiental o la falta de desarrollo sostenible. Es una continuación de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (2000-2015) de la ONU, los cuales fueron en su día la primera confluencia internacional para afrontar problemas globales como la erradicación de la pobreza extrema y el hambre o la mejora en el acceso a la educación.
Las resoluciones de la ONU son expresiones oficiales de la opinión o voluntad de los órganos de las Naciones Unidas. La resolución «Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible» es un marco de referencia y un compromiso adoptado de forma voluntaria por los Estados miembros de la ONU. Aunque no es legalmente vinculante, los países firmantes se comprometieron a implementarla en sus políticas y estrategias nacionales.
El carácter no vinculante de la Agenda 2030 significa que no hay sanciones legales para los países que no cumplan con los objetivos y metas establecidos. Sin embargo, existe una fuerte presión moral y política para que los países avancen hacia estos objetivos, ya que el éxito de la Agenda 2030 depende de la cooperación y el compromiso global.
Los 17 objetivos de desarrollo sostenible de La Agenda 2030
La Agenda 2030 plantea 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y 169 metas que abarcan las tres dimensiones del desarrollo sostenible: la dimensión económica, la dimensión social y la dimensión ambiental.
- Objetivo 1. Poner fin a la pobreza en todas sus formas y en todo el mundo.
- Objetivo 2. Poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible.
- Objetivo 3. Garantizar una vida sana y promover el bienestar de todos a todas las edades.
- Objetivo 4. Garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos.
- Objetivo 5. Lograr la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y las niñas.
- Objetivo 6. Garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos.
- Objetivo 7. Garantizar el acceso a una energía asequible, fiable, sostenible y moderna para todos.
- Objetivo 8. Promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos.
- Objetivo 9. Construir infraestructuras resilientes, promover la industrialización inclusiva y sostenible y fomentar la innovación.
- Objetivo 10. Reducir la desigualdad en los países y entre ellos.
- Objetivo 11. Lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles.
- Objetivo 12. Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles.
- Objetivo 13. Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos.
- Objetivo 14. Conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible.
- Objetivo 15. Proteger, restablecer y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, gestionar sosteniblemente los bosques, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras y detener la pérdida de biodiversidad.
- Objetivo 16. Promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, facilitar el acceso a la justicia para todos y construir a todos los niveles instituciones eficaces e inclusivas que rindan cuentas.
- Objetivo 17. Fortalecer los medios de implementación y revitalizar la Alianza Mundial para el Desarrollo Sostenible
El Objetivo 14: Conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible.
Justificación
Los océanos y mares son intrínsecos a la vida en la Tierra. Cubren tres cuartas partes de la superficie terrestre, contienen el 97 % del agua del planeta y representan el 99 % por volumen del espacio vital del planeta. La existencia humana y la vida en la Tierra dependen de unos océanos y mares sanos.
Los océanos y mares:
- son el mayor ecosistema mundial, albergan casi un millón de especies conocidas, y presentan un enorme potencial científico sin explotar;
- producen la mitad del oxígeno que consumimos;
- regulan el sistema climático mundial;
- proporcionan recursos naturales claves como los alimentos, las medicinas, los biocombustibles y otros muchos productos;
- ayudan a descomponer y eliminar los residuos y a reducir la contaminación;
- constituyen el mayor sumidero de carbono del planeta. Absorben alrededor del 23 % de las emisiones anuales de CO2 generadas por la actividad humana.
- absorben el 90 % del exceso de calor causado por el cambio climático.
- cubre las necesidades económicas, sociales y medioambientales de gran parte de la población mundial.
Por todo lo anterior, es de vital importancia realizar una gestión responsable de los océanos y mares para garantizar un futuro sostenible. Esto pasa necesariamente por aumentar la financiación a la ciencia oceánica, intensificar los esfuerzos de conservación, y cambiar con urgencia el rumbo del cambio climático. Los esfuerzos actuales para proteger los océanos y mares no responden aún a la urgente necesidad de salvaguardar este vasto, aunque frágil, recurso.
Principales amenazas a las que se enfrentan los océanos y mares.
La contaminación
Más del 80% de la contaminación marina proviene de actividades terrestres, el 20% restante es de la propia actividad marítima. Desde los pesticidas hasta las bolsas de plástico, la mayoría de los desechos que producimos en tierra, finalmente van a parar a los mares y océanos, ya sea a través del vertido deliberado o de la escorrentía de las aguas a través de desagues y ríos.
Los océanos y mares se han convertido en el gran basurero de la humanidad. En 2021, más de 17 millones de toneladas métricas contaminaban los océanos, y se estima que esta cifra se duplicará o triplicará para 2040. Los plásticos, en particular, son preocupantes debido a su lenta descomposición y su capacidad de incorporarse a la cadena alimentaria en forma de microplásticos. Cada año, entre 5 y 12 millones de toneladas métricas de plástico llegan a los mares y océanos. Cerca del 89% de los residuos plásticos encontrados en el fondo del océano son artículos de un solo uso, como las bolsas de plástico.
El plástico en los mares ya provoca un coste aproximado de 13.000 millones de dólares anuales, entre los que se incluyen los costes de limpieza y las pérdidas financieras sufridas por la actividad pesquera y otras industrias.
La eutrofización de las aguas costeras
Las aguas de escorrentía contaminadas por fertilizantes procedentes de granjas, acuicultura y aguas residuales contribuyen a la carga de nutrientes en las aguas de las zonas costeras, causando eutrofización y proliferación de algas.
Estas floraciones de algas agotan el oxígeno, provocando la muerte de peces y mariscos. Las consecuencias para la salud de los ecosistemas marinos, las comunidades locales, la pesca y el turismo son graves. En el Mar Menor, recientemente, la eutrofización empobreció a las familias locales en aproximadamente 5.190 euros en la renta per cápita.
La acidificación.
El exceso de CO2 que expulsamos a la atmósfera tiene su efecto más conocido en el aumento de las temperatura, sin embargo, el CO2 liberado a la atmósfera también afecta a la salud de los océanos. El agua tienen gran capacidad de disolver CO2. Se calcula que los océanos han absorbido el 30 % del CO2 emitido por la humanidad en los dos últimos siglos. En la actualidad se calcula que los océanos absorben alrededor de un millón de toneladas de CO2 por hora. Para la vida en tierra este proceso es positivo, ya que cada tonelada de CO₂ que el océano retira de la atmósfera es una tonelada menos que contribuye al calentamiento global.
Pero el exceso de CO2 disuelto en las aguas de océanos y mares está cambiando la composición química del mar. El PH del mar se está reduciendo, es decir, el mar se está haciendo más ácido. En la actualidad, el pH medio del océano es de 8,1, aproximadamente un 30 % más ácido que en la época preindustrial.
La acidificación del mar afecta a las especies que utilizan carbonato cálcico en sus estructuras corporales (moluscos, equinoideos, crustáceos, corales…) Los arrecifes de coral ya se están viendo seriamente afectados por este fenómeno. Aunque solo representan el 1 % de la superficie de los océanos, hasta el 25 % de las especies marinas dependen de ellos. Sin una drástica reducción de las emisiones de CO2, en el año 2050 casi todos los arrecifes de coral del mundo se verán gravemente afectados o habrán desaparecido.
El calentamiento
El calentamiento climático global afecta tanto a la atmósfera como a los océanos. Atmósfera y océanos conforman un único sistema que funciona de manera interrelacionada.
El calentamiento climático:
- acelera la fusión de los glaciares;
- reduce año tras año la superficie y volumen de las banquisas de los océanos Ártico y Antártico;
- deshiela el permafrost (capa de suelo congelado permanentemente de las áreas circumpolares de Canadá, Alaska, Groenlandia, Siberia, Tíbet, Noruega):
- liberando gases de efecto invernadero que contribuyen al calentamiento global;
- bacterias y virus de hace miles de años, que se encontraban en estado latente en el estrato congelado quedan liberados de nuevo;
- produce daños a los ecosistemas y su biodiversidad;
- produce derumbes y accidentes geológicos de gran magnitud;
- impide la retención de agua en forma de nieve y hielo en las cumbres de las montañas…
- contribuye al aumento significativo del nivel del mar.
Y todo ello a pesar de que los océanos tienen una elevada capacidad para absorber calor. Si el calor absorbido por los océanos entre 1995 y 2010 en los primeros 2 km de profundidad se hubiera añadido a los 10 km inferiores de la atmósfera, la temperatura de la Tierra se habría incrementado en 36ºC.
El aumento de las temperaturas del mar tiene dos efectos directos relacionados con la oxigenación de las aguas:
- Cuanto más caliente está el agua, menos capacidad tiene para disolver y retener oxígeno, por ello, a medida que los océanos se calientan, los niveles de oxígeno disueltos en el disminuyen;
- el agua caliente tiene menor densidad, lo que dificulta que el agua cercana a la superficie, más caliente y rica en oxígeno, descienda y circule transportando el O₂ hasta las zonas más profundas.
El aumento de la temperatura de los océanos provocará la desaparición o desplazamiento de algunos ecosistemas y por tanto la migración en masa de muchas especies. Estos cambios implicarán un importante impacto sobre la pesca y la acuicultura en todo el mundo.
Cambios en las corrientes oceánicas
Las diferencias de temperatura y salinidad determinan la densidad de las masas de agua. Las aguas más calientes «flotan» sobre las más frías, de la misma manera que las menos salinas lo hacen sobre las más saladas. Estos fenómenos, junto al efecto Coriolis y los vientos, son los principales responsables de las corrientes marinas.
Las corrientes marinas transportan grandes cantidades de agua y energía en forma de calor, por lo que influyen en la distribución de la salinidad y de la temperatura de las aguas de todos los océanos y mares del planeta. Las corrientes marinas, en las zonas costeras, determinan entre otros, los climas locales tal y como los conocemos.
El derretimiento de los hielos en ambos polos incrementa la cantidad de agua dulce que entra a los océanos Ártico y Antártico, (disminuyendo su salinidad y por tanto su densidad) y además, sus aguas están más calientes. En consecuencia, el aumento de las temperaturas está afectando a la densidad de las aguas y por tanto a la capacidad de las aguas para sumergirse y desplazarse. (Saber más sobre corrientes)
La inalterabilidad del hielo en el Polo Norte y Sur es una condición indispensable para la estabilidad del planeta.
El turismo
Las aguas someras de las zonas costeras son algunas de las más productivas y biológicamente diversas del planeta. Es precisamente en estas zonas donde se experimenta el mayor desarrollo urbanístico debido al turismo.
Cerca del 80 % del turismo mundial se concentra en zonas costeras. Se calcula que la industria del turismo marítimo y costero genera 134.000 millones de dólares al año y, en algunos países, esta industria representa ya más de un tercio de la mano de obra. En España, los trabajadores ocupados en el sector turístico superan los 2,6 millones y representan más del 12 % del empleo total de la economía española. De no gestionarse de manera responsable, el turismo puede suponer una grave amenaza para los recursos naturales, culturales y paisajísticos de los que él mismo depende.
La sobrepesca
El sector de la pesca marítima da empleo a 57 millones de personas en todo el mundo, y constituye la principal fuente de proteínas de más del 50 % de la población de los países menos desarrollados.
La sobrepesca es una de las mayores amenazas para los océanos y mares. Desde mitad del siglo XX las flotas pesqueras han ganado en tamaño y potencia, pero, a pesar de ello, las flotas invierten cinco veces más esfuerzo para obtener el mismo volumen de capturas que hace 70 años. Demasiados barcos pesqueros para tan pocos peces.
En el año 2019 la Unión Europea aprobó un plan para regular la pesca en el Mediterráneo Occidental. Según las autoridades comunitarias, esta zona, sufren hasta un un 80% de sobrepesca.
Una insuficiente protección del medio ambiente marino
Menos de un 5 % de los océanos y mares están protegidos, y los que lo están no cuentan con medidas efectivas que garanticen esa protección.
A lo anterior, cabe sumar que en aguas internacionales es muy difícil el control a pesar de la existencia de Organizaciones Regionales de Ordenación Pesquera que intentan controlar únicamente el ámbito pesquero. Es necesario que se protejan las aguas frente a cualquier tipo de actividad humana que pueda suponer una amenaza.
En la actualidad, el mayor instrumento de protección del medio ambiente marino son las llamadas Áreas Marinas Protegidas.
Algunas de las AMP más extensas del mundo son: la Región del mar de Ross: con una extensión de 2.060.058 km²; las Tierras y Mares Australes franceses: con una extensión de 1.654.999 km²; el Monumento nacional marino de Papahānaumokuākea (Hawái): Es un área de 1.516.557 km² de extensión; el Parque Natural del Mar del Coral (Nueva Caledonia): tiene una extensión aproximada de 1.291.643 km²; el Monumento nacional marino de las islas remotas del Pacífico: es un paraje natural de 1.277.784 km²; …
La ONU, en su programa para el medio ambiente, en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica (COP15) celebrada en Montreal (Canadá) el 19 de diciembre de 2022 alcanzó un acuerdo histórico por el que en el año 2030, en el ámbito internacional, deberán estar protegidos el 30% de los océanos.
Las 10 metas para conseguir el Objetivo 14
Para la consecución del Objetivo 14 Conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible, la Agenda 2030 determina 10 metas.
14.1 De aquí a 2025, prevenir y reducir significativamente la contaminación marina de todo tipo, en particular la producida por actividades realizadas en tierra, incluidos los detritos marinos y la polución por nutrientes.
14.2 De aquí a 2020, gestionar y proteger sosteniblemente los ecosistemas marinos y costeros para evitar efectos adversos importantes, incluso fortaleciendo su resiliencia, y adoptar medidas para restaurarlos a fin de restablecer la salud y la productividad de los océanos.
14.3 Minimizar y abordar los efectos de la acidificación de los océanos, incluso mediante una mayor cooperación científica a todos los niveles.
14.4 De aquí a 2020, reglamentar eficazmente la explotación pesquera y poner fin a la pesca excesiva, la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada y las prácticas pesqueras destructivas, y aplicar planes de gestión con fundamento científico a fin de restablecer las poblaciones de peces en el plazo más breve posible, al menos alcanzando niveles que puedan producir el máximo rendimiento sostenible de acuerdo con sus características biológicas.
14.5 De aquí a 2020, conservar al menos el 10% de las zonas costeras y marinas, de conformidad con las leyes nacionales y el derecho internacional y sobre la base de la mejor información científica disponible.
14.6 De aquí a 2020, prohibir ciertas formas de subvenciones a la pesca que contribuyen a la sobrecapacidad y la pesca excesiva, eliminar las subvenciones que contribuyen a la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada y abstenerse de introducir nuevas subvenciones de esa índole, reconociendo que la negociación sobre las subvenciones a la pesca en el marco de la Organización Mundial del Comercio debe incluir un trato especial y diferenciado, apropiado y efectivo para los países en desarrollo y los países menos adelantados ¹
14.7 De aquí a 2030, aumentar los beneficios económicos que los pequeños Estados insulares en desarrollo y los países menos adelantados obtienen del uso sostenible de los recursos marinos, en particular mediante la gestión sostenible de la pesca, la acuicultura y el turismo
14.a Aumentar los conocimientos científicos, desarrollar la capacidad de investigación y transferir tecnología marina, teniendo en cuenta los Criterios y Directrices para la Transferencia de Tecnología Marina de la Comisión Oceanográfica Intergubernamental, a fin de mejorar la salud de los océanos y potenciar la contribución de la biodiversidad marina al desarrollo de los países en desarrollo, en particular los pequeños Estados insulares en desarrollo y los países menos adelantados
14.b Facilitar el acceso de los pescadores artesanales a los recursos marinos y los mercados
14.c Mejorar la conservación y el uso sostenible de los océanos y sus recursos aplicando el derecho internacional reflejado en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, que constituye el marco jurídico para la conservación y la utilización sostenible de los océanos y sus recursos, como se recuerda en el párrafo 158 del documento “El futuro que queremos”
Informe sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible en el año 2023
A mitad del camino hacia la implementación de la Agenda 2030, surge una realidad alarmante: el mundo no está alcanzando la mayoría de los Objetivos para el 2030. Aunque en algunos ámbitos se han registrado avances, sigue habiendo una proporción preocupante de metas que progresan con demasiada lentitud o que incluso retroceden.
António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, en el Informe de Desarrollo Sostenible año 2023 Edición Especial en el prólogo detalló: «Los avances para más del 50 % de las metas de los ODS son endebles e insuficientes, y el 30 % están estancados o han retrocedido… Si no actuamos ahora, la Agenda 2030 podría convertirse en el epitafio del mundo que podría haber sido.»
Por otra parte, LI Junhua, Secretario General Adjunto de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU en la introducción del mismo informe detalló: «La crisis climática está empeorando a medida que las emisiones de gases de efecto invernadero continúan aumentando. El último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático concluye que la temperatura mundial ya está 1,1°C por encima de los niveles preindustriales y que es probable que alcance o supere el punto de inflexión crítico de 1,5°C para 2035. Las olas de calor catastróficas y cada vez más intensas, las sequías, las inundaciones y los incendios forestales se han vuelto demasiado frecuentes. El aumento del nivel del mar amenaza a cientos de millones de personas en las comunidades costeras.»
Informe de Naciones Unidas sobre el ODS 14 Vida submarina
El informe en el año 2023 sobre el ODS 14 concreta:
- El océano está en estado de emergencia, ya que el aumento de la eutrofización, la acidificación, el calentamiento de los océanos y la contaminación por plásticos deterioran su salud. Además, persiste la alarmante tendencia a la pesca excesiva, que ha provocado el agotamiento de más de un tercio de la población de peces en todo el mundo.
- Aunque se han producido algunos avances en la ampliación de las áreas marinas protegidas, la lucha contra la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada, la abolición de las subvenciones a la pesca y el apoyo a los pescadores artesanales, las medidas no avanzan a la velocidad ni a la escala necesarias para alcanzar el Objetivo 14.
- Para contrarrestar estas tendencias, es imprescindible una acción rápida y coordinada a escala mundial. Esto implica aumentar la financiación para las ciencias oceánicas, intensificar los esfuerzos de conservación, avanzar en soluciones basadas en la naturaleza y los ecosistemas, abordar las interconexiones y los efectos de las presiones inducidas por el hombre, y cambiar urgentemente el rumbo del cambio climático para salvaguardar el ecosistema más grande del planeta.
La agenda 2030 y España
El Congreso de los Diputados adoptó el 12 de diciembre de 2017 una Proposición no de Ley, con el respaldo de la práctica totalidad de las fuerzas políticas, para orientar la política del Gobierno en la definición de la estrategia nacional para el cumplimiento de la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030 (PNL 161/001253), en la que se insto al gobierno a “elaborar, aprobar y poner en marcha una Estrategia de Desarrollo Sostenible para implementar en España la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030”.
El Consejo de Ministros del 29 de junio de 2018 aprobó el documento «Plan de acción para la implementación de La agenda 2030 Hacia una Estrategia Española de Desarrollo Sostenible.»
El Plan de Acción se compone de dos partes. En una primera se analiza la situación de los ODS en España, presentando un análisis de la distribución competencial y las políticas públicas e instrumentos ya existentes. En una segunda se abordan las acciones a través de las cuales se irá poniendo en marcha de forma inmediata la Agenda: nuevas políticas públicas, medidas clave para acometer las grandes transformaciones, gobernanza de la Agenda, seguimiento, rendición de cuentas y evaluación.
De especial importancia es el compromiso de las Comunidades Autónomas (CCAA), Gobiernos Locales (GGLL) y de otros actores como la sociedad civil, las empresas y las universidades, sus avances y su compromisos que, junto con las políticas y medidas impulsadas por la Administración General del Estado (AGE), configuran este Plan de Acción para la Implementación de la Agenda 2030 en España, un esfuerzo de toda la sociedad española
Seguimiento de los ODS en España
Para el seguimiento de la consecución de las 169 metas de los 17 ODS, el Instituto Nacional de Estadística (INE) creó unos Indicadores de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. El INE, para el seguimiento del objetivo 14 y sus 10 metas, contempla 10 indicadores que se actualizan regularmente. En abril del 2024 el INE publicó el documento «Indicadores de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible«
Es alentador ver que existe un marco de referencia y un compromiso internacional con el planeta, la humanidad y sus mares, aunque también es cierto que los avances son lentos y a menudo insuficientes. La presión moral y política para cumplir estos objetivos es fundamental, y cada uno de nosotros puede contribuir a la causa, ya sea a través de la educación, la reducción de residuos o apoyando políticas sostenibles.
Bon vent i barca nova